Habitación 13

Abul Walid vuelve a Toledo esperando reanudar su historia de pasión con Sobeyha, pero es tarde, Tulaytulah ha sido conquistada y ha pasado a llamarse Toledo; el rey Taifa Yahia Alkadir es sustituido por el cristiano Alfonso VI de León. 

Es el año del Señor 1085 y han sido 375 los años de Tulaytulah, de esplendor del reino taifa de Toledo con Al-Mamun y hoy, desde la peña que se levanta frente a Toledo, Abul piensa en encontrarse con su amada Sobeyha. El río Tajo y la defensa cristiana de la ciudad les separa, pero Abul ha venido para salvar a Tulaytulah de la conquista cristiana y va a intentar liberar la ciudad con el pequeño ejército que trae del norte de África. 

Planea la estrategia de ataque con sus lugartenientes desconociendo que la mesnada de Rodrigo Díaz de Vivar «el Cid» le está acechando. Abul no ha reparado en que el atacante puede ser atacado y eso le cuesta la vida. 

Las noches de luna clara todavía hay quien dice haber visto la silueta de Abul Walid paseando cerca de la roca que contiene su tumba, en el peñasco conocido en Toledo como la Piedra del Rey Moro, con forma de cabeza ataviada con turbante. Desde esa piedra se vislumbra Toledo en panorámico, y desde ahí el rey moro espera su encuentro con Sobeyha. Nadie le contó a Abul antes de morir que Sobeyha no resistió la hambruna a la que sometió Alfonso VI en el sitio a Tulaytulah y que dejó este mundo antes de que su enamorado llegara a Toledo.

Quizás algún alma caritativa pueda un día avisar al infeliz de Abul para que deje de esperar a Sobeyha y se dirija al paraíso donde a buen seguro encontrará el recibimiento que se merece. 

Querido huésped de la habitación 13, si en un día de luna llena  como muestra el precioso acrílico de Araceli Torán, decides pasear por «el Valle» y te encuentras con Abul, apiádate de su alma y guíale para que encuentre a su amada.